domingo, 25 de noviembre de 2007

La vida de José Alberto Iglesias de Caseros, Tanguito


También conocido como Tanguito, Tango, Ramsés VII, Susano Valdéz, Donovan el Protestón y Drago, fue un músico del rock, casi desconocido en su época pero reverenciado en la actualidad. Se le considera pionero del rock argentino, junto a otros grandes cantautores como sus amigos Moris, Pappo, Litto Nebbia, Óscar Moro y Luis Alberto Spinetta.

José Alberto Iglesias nació el 16 de Setiembre de 1945 en Ciudad del Libertador General Don José de San Martín, más conocida como San Martín, hijo de José Iglesias, quien vendedor ambulante de artículos de mercería en las ferias de Caseros y Santos Lugares, y Juana Correa, empleada doméstica y ama de casa. José Alberto tuvo una sola hermana, Carmen, quien era cinco años menor que él. En la escuela no le fue bien. Terminó a duras penas la formación básica o escuela primaria, desertó tempranamente de la educación secundaria y su intento de estudiar jardinería y paisajismo en la escuela del Jardín Botánico quedó en eso, en un intento. Lo suyo no eran los libros sino la guitarra, el divague y el canto. A los 17 años, José se presentaba en los clubes de los barrios de Mataderos y Flores cantando, en su mayoría, versiones de temas ajenos de rock & roll. La oportunidad le llegó en 1963, cuando consiguió convertirse en el grupo Los Dukers de Mataderos, que por entonces ya habían conseguido grabar en el sello Music Hall. Por entonces, sus amigos del barrio habían empezado a llamarlo Tanguito porque bailaba muy bien el rock'n'roll y le decían, en broma, "bailate algo, Tanguito".

En medio de una intensa actividad con actuaciones en distintos clubes de barrio, llegó a compartir programaciones con agrupaciones como: Sandro y Los de Fuego, los Pick Ups y los Bobby Cats, conjunto en el que cantaba Giuliano Canterini conocido como Billy Bond. Tanguito debutó discográficamente como voz líder de Los Dukes en la primavera de 1963, con apenas 18 años, grabando un tema de Palito Ortega y Dino Ramos: “ Decí por qué no querés “, y uno propio: “ Mi pancha” . A fines de enero de 1964, apareció el segundo y último simple grabado por Tanguito con Los Dukes. El disquito incluyó: “ Carnaval Carnaval “ de Ball y Roger, en versión en español de Santos Lipesker, y Maquillada de Freddie Cora. Aunque los discos fracasaron, para Los Dukes las actuaciones en vivo iban muy bien: durante mucho tiempo brindaron 11 conciertos por fin de semana. Algunos amigos de Tango opinan que ese período fue el comienzo de la relación entre Tanguito y los estimulantes. Es muy posible que haya empezado a utilizarlos para ser capaz de resistir ese agotador ritmo de casi cuatro recitales por día.

1963 – 1964 Los Dukes: Canta Tanguito

Promediando el otoño de 1963, Tanguito se entusiasmó con una posibilidad de hacer una grabación como solista, a partir de un contacto que un nuevo amigo suyo, Horacio Martínez, había logrado en el sello RCA Víctor. Entonces renunció a Los Dukes. Pero no llegó a grabar en ese momento en RCA con el nombre artístico que ya había escogido; Ramsés VII. Lo que sí consiguió, por su amistad con Martínez, fue llegar a un lugar en el comenzaba a cocinarse la música que después se llamaría rock Argentino: La Cueva de Pueyrredón.

La Cueva

Originalmente llamado La Cueva de Pasarotus, había sido un cabaret, conocido como Jamaica por un tiempo y luego como El Caimán. El sótano de Pueyrredón 1723 casi Juncal albergaba en el invierno de 1964 a un buen número de músicos de jazz que empezaba a mezclarse con jóvenes de menor edad que traían otra música en sus oídos, el rock'n'roll. Desde ese momento y hasta el cierre del local, en 1967, Tanguito compartió muchas noches con personajes como Moris, Javier Martínez, Alejandro Medina, Pipo Lernoud, Sandro, Billy Bond, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Horacio Martínez, Charly Camino, Carlos Mellino. En rigor, La Cueva pasó por distintas etapas. En la última, el grupo fijo que amenizaba el lugar era uno liderado por los rosarinos Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, que luego se dio a conocer como Los Gatos.



Los días 7, 12 y 14 de diciembre de 1966, algunos músicos que frecuentaban La Cueva como Moris, Tanguito y Los Seasons (grupo del que formaban parte Alejandro Medina y Carlos Mellino), se unieron a otros como Bob Vincent y Susana, ante la iniciativa del periodista y poeta Miguel Grinberg, para celebrar una serie de conciertos titulados Aquí, allá y en todas partes, que tuvieron lugar en el Teatro de La Fábula de Agüero 444. En ese espectáculo, Tanguito cantaba, en un inglés sanateado, dos temas ya clásicos del primer rock'n'roll, Tutti frutti de Little Richard, y Perro feroz de Leiber y Stoller, ambos popularizados por Elvis Presley. Grinberg recuerda que Tanguito participó de esta experiencia con interés y responsabilidad, concurriendo a todos los ensayos.

Aquí podría ubicarse el comienzo de la más feliz etapa de su vida relacionada con la música. Poco después de estos conciertos, en una de las innumerables noches de naufragio del grupo de amigos de La Cueva que terminaban inevitablemente en el bar La Perla de Once, ubicado en Jujuy y Rivadavia, frente a la plaza Miserere, Tanguito comenzó la composición de "La Balsa", tarea que completó Litto Nebbia.

La Perla del Once

Durante los tiempos de La Cueva y "De aquí...", el grupo de amigos solía recalar en el bar La Perla del Once (Jujuy y Av. Rivadavia, Plaza Once). Pipo Lernoud recuerda esas reuniones: "Se llegaba a La Perla al salir de La Cueva, caminando lo más derecho posible hacia la izquierda unas 20 cuadras. En ese lugar se armaba una cosa muy caliente. Todo el mundo traía su cuadernito, su libretita, sus papelitos donde tenía anotado algo: una canción o una frase que había leído. No era que nos sentábamos y nos quedábamos callados. Era todo el tiempo divague, conversar y mostrar lo que teníamos escrito".

Fue en el baño de ese bar, en una de las madrugadas de fiesta, conversación y música, donde Tanguito inició la composición de su pieza más recordada, que luego sería concluida por Litto Nebbia, "La Balsa". Posiblemente inspirado por el bolero La Barca, que poco antes había escuchado junto a Pajarito Zaguri. La afirmación anterior proviene de varios participantes del grupo, basándose en el similar sentido de los versos de ambas composiciones. La Barca reza: Hoy mi playa se viste de amargura / porque tu barca tiene que partir/ a cruzar otros mares de locura / cuida que no naufrague en tu vivir, mientras que La Balsa dice Tengo que conseguir mucha madera / tengo que conseguir de donde pueda... / Y cuando mi balsa esté lista partiré hacia la locura / con mi balsa yo me iré a naufragar.

El primer verso de La Balsa rezaba: "Estoy muy solo y triste en este mundo de mierda". Por presiones de la autocensura de los sellos grabadores, finalmente Nebbia adaptaría la frase inicial a "Estoy muy solo y triste en este mundo abandonado". Más tarde, Litto Nebbia concluyó la canción —dotándola de una melodía con un remoto aire a bossa nova— y la mostró a sus compañeros de Los Gatos Salvajes. El 19 de junio de 1967, Los Gatos grabaron "La Balsa" en una sesión tomada en carácter de prueba por el sello RCA. Anteriormente, el grupo había rendido un primer examen el 27 de abril, con el tema Ayer nomás de Moris y Pipo Lernoud (con letra modificada por Nebbia). El 3 de julio, el sello Vik, subsidiario de RCA, publicó el primer simple de Los Gatos con "La Balsa" y Ayer nomás. Veinte días después se cerró La Cueva, que venía siendo víctima de un despiadado acoso policial, con allanamientos cotidianos.

1967 – Los Gatos


La versión de Los Gatos de La Balsa se vendió estupendamente bien, unas 250.000 copias en escasas semanas, y en consecuencia, fue la única obra de Tanguito que le proporcionó ganancias debido a las regalías. Sumergido durante toda su vida en la pobreza, Tanguito salió, entusiasmado, a comprar pantalones, zapatos, botas, camisas, dos guitarras y una cantidad asombrosa de discos. Una de las guitarras se la obsequió enseguida a otro colega músico aún más pobre que él. Quienes lo conocieron, no se sorprendieron por esa excentricidad. Tango solía andar de prestado, pedía dinero a menudo (y alguna que otra guitarra que no devolvía), “divagaba” todo el día: “era un personaje”, recordó con cariño cierta vez Moris.

El negrito tenía otro tic: atribuirse temas de otros autores. Así, por ejemplo, la letra de Amor de Primavera es de Hernán Pujó y La Princesa Dorada es de Pipo Lernoud, aunque Tanguito –que las había musicalizado- se “olvidaba” de mencionarlos cuando las cantaba...



El 21 de setiembre, por iniciativa de Pipo Lernoud, se concretó la presentación formal de los hippies de Buenos Aires, en una reunión celebrada en Plaza San Martín. En rigor, se trató de un intento de oficializar de alguna forma la existencia de los pelos largos, para detener la persecución de que ya eran objeto los jóvenes que lo usaban. Esa tarde, Tanguito cantó en el centro de una ronda. Interesados por la colorida novedad, algunos medios periodísticos se dieron por enterados de la existencia de los melenudos porteños. El programa Sábados Circulares que conducía Nicolás Mancera invitó a los hippies al estudio de Canal 13, y así Tanguito pudo cantar varios temas ante las cámaras. Entre ellos, La balsa.

Ante el moderado éxito de esa presentación, otro periodista, Antonio Carrizo, concedió a Tanguito su primer y único contrato televisivo, para hacer algunas actuaciones en el programa "Sábados Continuados".

La princesa dorada

El 18 de enero de 1968, en días en que "La Balsa" era la canción más difundida y vendida del momento, Tanguito grabó dos temas propios en los estudios RCA, acompañado por la orquesta de Horacio Malvicino. Esos registros -La princesa dorada, escrito en colaboración con Pipo Lernoud, y "El hombre restante", coautoría con Javier Martínez- fueron los únicos que realizó profesionalmente como solista.

El 4 de abril fue editado este sencillo que saliera bajo la autoría de Ramsés VII, y por el sello RCA - Víctor con los dos temas que Tanguito había grabado en enero. Pero sin apoyo de difusión de la compañía, y sin interés visible de su responsable porque se conociese suficientemente, la edición tuvo poco vuelo y fue un fracaso comercial. En ese momento podría ubicarse el final de sus días buenos.

1968 - La princesa dorada

La caída

A mediados de 1968, Tanguito entró en las drogas inyectables ( anfetaminas ). Hasta ese momento sólo había probado pastillas para no dormir y ocasionalmente marihuana. A esa altura de su vida, había cambiado sus amistades. Si bien mantenía cierto contacto con sus viejos compañeros de La Cueva, sus relaciones más estrechas las mantenía con gente que había conocido en el divague en las plazas y en los bares.

Tanguito grabó algunas canciones entre 1969 y 1970, en los estudios TNT donde Manal, Moris y Vox Dei, entre otros, estaban registrando sus primeros trabajos para el sello Mandioca conducido por Jorge Alvarez, Pedro Pujó, Rafael López Sánchez y Javier Arroyuelo. Tanguito era parte del staff artístico de Mandioca en forma tácita. Esos registros fueron hechos sin mayor cuidado con el único acompañamiento de su guitarra acústica, al parecer como boceto para que se pusiera en marcha la producción de un álbum. Pero ese trabajo elaborado nunca se pudo hacer.

Tanguito cantó acompañado de una simple guitarra, entre otros, su tema Natural. Juntándolo con Elena (de Manal), Muchacho (de Moris), Niño de color cariño (de Alma y Vida), Nunca sabrás (de Pappo) y Verdes prados (de Billy Bond), Mandioca produjo un compilado que salió a la venta a fines de la primavera de 1970. Según la crítica de aquella época y también de la actual, el tema de Tango es el más logrado de la placa, que se denominó "Pidamos peras a Mandioca".

1970 - Pidamos peras a Mandioca



Poco significó para Tanguito aquella inclusión en el disco. El vagabundeo y las detenciones fueron cada vez más continuos. La persecución policial fue despiadada con él, y por eso muchas veces sus huesos fueron a dar a la cárcel de Devoto, acusado de contravenir edictos Policiales como los de ebriedad, mendicidad y vagancia, y disturbios en la vía pública.

Para fines de 1970, a la gravedad de su toxicomanía se había agregado un grado terminal de alcoholismo. Tanguito fue puesto en prisión numerosas veces por este motivo. En una de esas oportunidades, el poeta fue abandonado en una celda, y, a pesar de sus ruegos, se le negó ingerir alcohol. En consecuencia, cayó en un grave episodio de delirium tremens que le causó tan graves daños neurológicos que a partir de entonces nunca volvió a reconocer a sus amigos.


Era el principio del fin: Tanguito había iniciado el derrumbe definitivo que, menos de un año y medio más tarde, le costaría la vida. Su amigo Spinetta afirmó en una oportunidad: "Yo jamás me inyecté, pero sé que Tango es sinónimo de jeringa. Yo lo viví. Estábamos en mi casa y tenía que ayudarlo a picarse (inyectarse) porque era terrible. Por ahí hasta era peor si no se picaba, porque se moría tanto como picándose."

Después de numerosas detenciones, en febrero de 1971, llegó a ser presentado por la división Seguridad Personal de la Policia Federal como cabecilla de una banda de narcotraficantes. Su salud mental siguió esta pendiente declinante: preso en Devoto, fue internado varias veces en el Hospital Neuropsiquiátrico Borda, que había inaugurado un servicio de Drogadicción. Tanguito pasó muchos meses allí recluido, y fue tratado mediante electroshocks y shocks insulínicos. Finalmente, en mayo de 1972 fue declarado oficialmente demente y trasladado a la Unidad 13 del mismo nosocomio, una unidad penitenciaria donde se encierra a los criminales psicópatas y enfermos mentales.

Sin embargo, Tanguito logró fugarse de ese lugar una madrugada, y llegó finalmente a la estación Retiro para abordar un tren del Ferrocarril San Martín que lo hubiese trasladado a su casa en Caseros City. Ese día, 19 de mayo de 1972, a la hora 10:50 y por motivos nunca esclarecidos, Tanguito cayó o fue arrojado de la formación, acabando su vida destrozado por las ruedas del tren sobre el puente que cruza la Avenida Santa Fe. Tenía 27 años. La noticia de su muerte no fue recogida por ningún medio y el trágico episodio jamás fue investigado. Por lo tanto, no se conoce la causa real de su muerte. Pudo haber sido accidental, suicidio o incluso homicidio, ya que varios de sus amigos siguen afirmando que un policía lo arrojó del tren.

En 1973, el sello grabador Talent, heredero de Mandioca y también dirigido por Jorge Álvarez, publicó a modo póstumo las pruebas que Tanguito había grabado en 1970. El disco, titulado simplemente "Tango", fue —una vez más— mal distribuido y pasó sin pena ni gloria debido a su escasa calidad técnica y artística. Es notable el hecho de que, además de las canciones, se escuchan en el registro ruidos, toses y fragmentos de diálogos entre Tanguito y Javier Martínez. De hecho, el cantante de Manal dice, al comienzo del track correspondiente a La Balsa: "La compusiste en el baño de La Perla". La frase se repite muchas veces en la grabación, lo que llevó al sello a sufrir un grave problema con Nebbia, que interpretó que se lo quería apartar de la coautoría de la obra. El disco de vinilo sufrió una reedición en 1985 también con escaso éxito.

1973 – Tango

Link 1

Link 2

En el verano de 1993, junto a otros discos históricos del rock Argentino como 30 minutos de vida de Moris, el doble Manal de Manal, Desatormentándonos de Pescado Rabioso y Películas de La Máquina de Hacer Pájaros, apareció Tango en CD. La tirada de dos mil ejemplares se agotó de inmediato.

En 1987, Marcelo Piñeyro se interesó por la leyenda de Tanguito para la que sería su ópera prima, y luego de marchas y contramarchas, consiguió hacer su película. Se llamó Tango Feroz, fue estrenada en el invierno de 1993, y esa es ya una historia conocida.

1993 - Tango feroz: la leyenda de Tanguito ( Pass: buenosdiscos.blogspot.com )


El legado de Tanguito

Tanguito ha sido reconocido como una de las figuras más trascendentes e influyentes de la historia del rock Argentino. Miguel Grinberg afirmó que Tango fue el principal impulsor del pasaje de la lengua inglesa a la castellana en el rock Argentino, apoyado por sus letras líricas, sencillas y contundentes.

A pesar del poco suceso de sus grabaciones, la crítica de su tiempo lo alabó en el mismo sentido —en las escasas oportunidades en que se ocupó de él—. Así, por ejemplo, la revista "La Bella Gente", en su número 13 (diciembre de 1970) publica este comentario sobre Natural, el tema de Tango incluido en el compilado de Mandioca: "Tanguito logra aquí, posiblemente por primera vez, llevar al disco toda la autenticidad y el feeling con que solía cantar en las plazas de Buenos Aires. Es la revelación de este disco: Natural es un tema simplísimo y muy hermoso: Tango —algo ronco, lo cual le queda muy bien- tiene un mensaje musical nuevo y algunas otras cosas para decirnos. Merece ser escuchado".

Los temas de Tanguito han sido interpretados numerosas veces por otros importantes artistas: La Balsa ha merecido muchas versiones; Amor de Primavera fue tocado muchas veces por Invisible y Natural se ha convertido en poco menos que un himno al amor, sobre todo después de la exitosa película de Piñeyro, como también El Despertar de un Refugio Atómico considerada también como un testamento póstumo del cantautor.

Anecdotario de un artista excéntrico

La vida de Tanguito se vio sobrecargada de anécdotas que demuestran su extraño espíritu y su retorcido sentido del humor: en cierta época se reconocía fácilmente porque caminaba por la calle vestido con una malla de baile y con un gorro de baño en la cabeza.

Su pobreza le impedía gastar dinero, pero no le prohibía darse ciertos gustos: según un sitio web que lo homenajea, "Muchas veces entraba a un bar, miraba chicas, hablaba y, cuando el mozo se acercaba, le preguntaba: `¿Tiene café?´ `Sí.´ `Ah, bueno. Gracias.´. Y se iba."

No se privaba de viajar en taxi, pero siempre carecía del dinero para pagar los viajes. Por consiguiente, al llegar a destino se bajaba y escapaba a la carrera. En más de una ocasión, por el contrario, entraba a la casa a la cual iba de visita y obligaba al anfitrión a abonar el viaje. Su costumbre de pedir dinero era de universal conocimiento, al punto de que sus amigos lo apodaban "Prestame cien pesitos".

Los taxis fueron su perdición, debido a que era muy distraído. Grinberg manifiesta: "El tipo (Tanguito) cobró la guita (lunfardo por "dinero") de La Balsa, que en esa época era una cantidad alucinante. Fue a una disquería y dijo: `Déme el mejor grabador, el mejor tocadiscos, todos los discos que tenga...´, una montaña así de discos importados. Se metió en un taxi... ¡y cuando bajó se lo olvidó todo arriba!"

Estando sin un centavo, prometió a algunos amigos que haría que un policía le diera dinero. No le creyeron, pero Iglesias se acercó al oficial, le habló, y finalmente obtuvo lo que quería. Invirtió ese dinero en comprar un sandwich para sus amigos en La Perla del Once.

Una vez, al bajar de un colectivo de la línea 5, comprobó azorado que se había olvidado la guitarra en el asiento. Subiendo desesperado al ómnibus siguiente, hizo descostillar al conductor al ordenarle "¡Siga a ese colectivo!".

Hasta su forma de hablar era graciosa. Según Javier Martínez: "Tango era un personaje... Una vez unos policías lo pararon en Pueyrredón y Córdoba. Le preguntaron dónde vivía. Dijo: `Caseros City´. `¿Ocupación?´ `Musician.´ `¿A dónde se dirige?´ `Le Cave...´. Mezclaba todo...".

Tango se divertía, pero también sufrió. Su amigo Miguel Grinberg recuerda las bromas crueles a las que era sometido: "Tanto se habla del amigo Tango, y sin embargo yo lo recuerdo como uno de los tipos mas maltratados de La Cueva. Maltratado, ¿cómo lo puedo explicar...? Él vivía lejos, en Caseros, entonces andaba siempre con su bolsita, con las medias, una camisa blanca, con todas las cositas que llevaba. Y, bueno, era usual que le escondieran la bolsita en La Cueva. ¿Viste que en el secundario siempre hay un tipo al que todos tienen de punto? Bueno, Tanguito era el punto de La Cueva. Yo me acuerdo, de noche, tarde, que se tenía que ir, y pedía la bolsa, pedía la bolsa. Y me acuerdo de dos o tres noches, de una ronda de ocho o diez tipos pasándose la bolsa como jugando al vóley, y con Tango en el medio, tratando de agarrarla y diciendo: `Che, por favor, me tengo que ir...´. Me acuerdo las verdugueadas de los cueveros hacia Tango.".

Moris relata, con respecto a la persecución policial que sufría su amigo: "Golpeó mi puerta un oficial de la policía. Me preguntó si era amigo de Tango, y por supuesto le dije que sí. El policía me dijo: `Mire, nosotros andamos buscándolo a pesar de que sabemos que en el fondo es un buen tipo. Lo suyo no es un problema personal: es un problema social´.".

Prácticamente el único rasgo negativo de la personalidad de Tanguito era su tendencia a pedir y no devolver, y su voracidad por apropiarse del trabajo de otros. Siempre dijo que era el autor de la canción Errol Flynn, que estuvo muy de moda en 1968 y que en definitiva no era suya, sino de Moris, Pajarito Zaguri y Giannoni. Pipo Lernoud se queja: "La letra de Amor de Primavera no es de Tanguito sino de Hernán Pujó. No figuró en el crédito porque Tanguito no lo puso, como tampoco me hizo figurar a mí en La Princesa Dorada. Yo lo conocía como la puta madre (argentinismo por "muy bien"), pero nunca supe si se hacía el sota (el desentendido) o si era un turro (malicioso)... aunque fuera a un nivel muy lindo.".

Miguel Grinberg dice: "Era capaz de afanarte (lunfardo por "robarte") la viola (lunfardo por "guitarra"). Decía: `A ver, prestámela que voy a tocar a lo de un amigo que vive a dos cuadras...´. Se iba, y cuando lo veías de nuevo y le preguntabas sobre la viola, te contestaba: `Ah, no, vos sabés que me la pidió un primo mío que se iba a Mendoza...".

Significado de algunos seudónimos

Algunos de los numerosos seudónimos utilizados por José A. Iglesias tienen curiosos orígenes:

Tango o Tanguito: Los hombres suburbanos —en tiempos de la adolescencia de Iglesias— solamente bailaban tango. Él, por el contrario, pasaba por ser un experto bailarín de rock. Por eso, sus amigos le pedían que bailara: "Bailate un tango, José. Un tanguito", y él bailaba un rock. La frase, repetida hasta el cansancio, quedó asociada con él, que pronto fue conocido por esos apodos.

Ramsés VII: Proviene de la admiración del músico por el faraón egipcio Ramsés II. La cifra "VII" ("séptimo") se debe a la inclinación que Tanguito sentía a componer en base a séptimas dominantes.

Donovan el Protestón: De la costumbre de protestar constantemente, pero no en el sentido político sino por estar triste, solo o sin dinero. De allí también el primer verso de La Balsa.

Drago: No se debe, como podría pensarse, a la planta de ese nombre, sino a un artefacto doméstico productor de soda, el Sifón Drago, obvia referencia a la prominente nariz de José Iglesias.

Videos

Tango Feroz - Amor de Primavera


Tango Feroz - El Amor es mas Fuerte


LOS GATOS - LA BALSA (gran rex)

Andrea, Litto y La Balsa



Gracias como siempre a mis fuentes de información

La semilla del rock

La Historia del Rock Argentino

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